¿Por qué nuestro trabajo es ex/céntrico? Esta es la
pregunta inicial alrededor de la cual organizamos el Seminario Pensar
Centroamérica, nuestro primer encuentro en sesión plena como colectivo
de pensamiento. Dicha pregunta—clave de interrogación para todos los trabajos
presentados— nos movió a otras que justamente pasaron por cuestionarnos, más
allá de lo político, qué significa para nosotras el ex/centrO, y si lo podemos
imaginar fuera de sus relaciones con lo que en nuestro Manifiesto hemos llamado
centrO.
El gesto del Seminario nos dio
labores parecidas a las de cuarto oscuro, tal cual todavía hace unos pocos años
realizaban los fotógrafos: revelar pensamiento, componer imágenes/épocas/gentes,
entonar y ampliar ideas. Quizás la metáfora más linda que encontramos en este
encuentro fue lo ‘trans,’ en primer
lugar como prefijo prestado de lo que es
transatlántico, transoceánico, y en segundo lugar como categoría de los marcos
teóricos de los estudios de las sexualidades. Lo ‘trans’ es flujo, meneíto,
oscilación, movimiento, derrame; tal como dijeron los Subalternistas con otras
palabras, es todo aquello que se escapa una y mil veces de la dominancia. Implica una desfronterización de las fronteras
instituidas a través de la colonialidad del poder—un juego constante de desterritorializaciones
y reterritorializaciones. La metáfora nos hace re-pensar las maneras en que
nuestras realidades se ordenan e inscriben.
Lo ‘trans’ rebasa las dicotomías
que siguen jerarquizando y descalificando la vida en todas sus formas. En este sentido, encontramos cualidades
‘trans’ en la hibridez, la creolización, el mestizaje, el sincretismo, la
transculturación, las zonas fronterizas.
Lo ‘trans’ nos permite imaginar este
pensar otro como algo en flujo; es también articulación con los
vientos globales de gentes, pensamientos y bienes que contribuyen a una teoría
pluriversal que está re-imaginando un mundo sin la dominación violenta del
centrO; fuerzas que se mueven a contrapelo de los centros de dominancia.
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Durante el Seminario nuestras participaciones y
diálogos fueron diversos. Unas nos referíamos más a nuestros trabajos respecto
al Manifiesto. Otras interpelaban directamente las hipótesis o problemáticas de
investigación particulares a cada quien. Algunas nos preocupábamos por la
coyuntura. Aunque todas las temáticas que presentamos eran ex/céntricas—ya por
su enfoque, pertinencia política o actualidad— aún persiste la interrogante de
cómo ensamblar nuestras problemáticas de investigación respecto al archivo,
métodos y bibliografías mismas que intervienen directo en la manera de
pensarlas.
Más allá de las dificultades que identificamos con los
archivos –ausencia, discontinuidad y prevalencia de registros oficiales, a
veces inaccesibles— compartimos el ímpetu de crear métodos que nos permitan
leerlos y escucharlos con una mirada ex/céntrica.
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‘Lo político’, lo ‘universal’, lo ‘contra-hegemónico’,
la ‘verdad’, la ‘ética’, ‘la justicia’ y las responsabilidades en torno al
pasado son nociones que emergieron repetidamente y corrieron a paso largo en
las discusiones. Sin embargo, es una discusión que precisa mayor inversión. A
nivel del pensamiento y teoría, afirmamos nuestro interés en el pensamiento producido
desde Centroamérica como aporte para
re-pensar el mundo. Pensar Centroamérica
deviene pensar localizado: pensar desde
y con las gentes para servir a la sociedad.
¡Qué tarea es especular! Especular no solamente significa expandir la mirada al exterior e
interior de las subjetividades, valorar el pensamiento y el jeito subalterno, sino también, y mucho
más importante, excavar e indagar en sus propias entrañas, los rasgos del
centrO que nos han tocado y nos han formado a todas. Es re-pensar constantemente
tus miradas, tus deseos, tus palabras, tus goces. Todo esto solo se logra con
el amor. El amor es una propuesta radical de mostrar cariño, afecto, y empatía
hacia los demás.
No queremos decir – ni ahora ni en el futuro – que
hemos resuelto todo. Lo que sí queremos
decir, para citar a Calle 13, es que ‘vamos caminando.’
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Un día después de que el Seminario terminó nos
enteramos de los resultados de la sentencia dictada en el juicio por genocidio
en el caso de Ríos Montt y Rodríguez. Ser testigos de un
acto de justicia, que sienta un precedente a nivel continental, fue un momento único. Una emoción
inmensa: la alegría de pensar que algo está cambiando en Guatemala. Escuchar la
profundidad y complejidad histórica de tal sentencia fue, también, una oportunidad
especial para ampliar nuestro campo analítico sobre la violencia en
Centroamérica. A través de la voz de la jueza Barrios, escuchamos muchas otras,
las voces silenciadas del pasado. Si bien este proceso identifica a un autor en
particular, deja abierta la posibilidad de investigación para procesar a otros
involucrados. Y en ese sentido, ella sugiere una revisión de mayor alcance de las
estructuras socio-económicas y culturales que permitieron el genocidio, así
como otras complicidades. Por ello, esta
sentencia, a pesar de que ahora ha sido anulada, sigue siendo un destello de
luz para toda Centroamérica.